
Quizás más tarde o más temprano, se abre aquella puerta que sostiene la esperanza dormida, como una soga débil igual a la nostalgia que existe en mí.
Entonces queda, solo queda respirar profundo y seguir adelante en este mundo loco, en esta pasar constante de rutinas fregadas que nadie entiende, pero que todos se encargan de cumplir.
Yo no soy esa me digo una y otra vez, yo no soy quien cae en esas rutinas malas, desgastadas en la humanidad, sin embargo, soy humana y mundana, soy igual o peor que cualquiera.
Ahora es el agua quien entra en mis adquisiciones y en lo más profundo de mis pensamientos, deteniendo el tiempo y congelando las vertebras que recorren los caminos a mi alma.
Tocar el fondo es lo importante te dije, para que fluya el impulso de vida que mueve todo y te hace renacer ante la adversidad.
La desnudez asoma la fragilidad de un cuerpo, de la menbrana sustanciosa de nuestra piel, quien capta y distribuye la sensibilidad de nuestras esperanzas.
Llega el momento de escuchar el silencio y fortalecer todo aquello que nos parece imposible, porque de allí será el paso siguiente...aquel que te llevará a comprender tantas cosas.
Una voz suave y cálida te dice que hacer, es el subconsciente que escapa, que avisa y diagnostica lo que en verdad esta aniquilándote. Acallar en la vereda de los pensamientos positivos, constantes y fragantes, en miles de aromas sordos, en miles de sensaciones maravilladas, como cuando te miro a los ojos directamente y se, definitivamente se...que no somos nada.
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