
Es la dulzura en mi alma
el reflejo que atraviesa la calma
que mece con ternura
todo sentimiento con mesura.
Melodía afortunada
que suspira y respira
en cada poro mi sustancia.
Que orgullo es el que florece
cuando veo tu mirada
perteneciente al octavo cielo
eres mi ángel de gala.
Tus movimientos gráciles,
florentinas esperanzas
y gaviotas marejadas;
son enormes mis deseos
de volar en madrugada.
En ti confío todo
los pasos y circunstancias
serás la exquisita vida
que ha nacido de mi karma.
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