sábado, 14 de febrero de 2009

ANGÉL CAÍDO


Era blanco como la harina,
loco como la miel
perseguido por fantasmas
que escuchaba solo él...
Ingenuo como una paloma
su carne era de gourmet
fino y seductor,
como un hombre de otra piel…
De otra era, de otro tiempo,
que no cabía en su ser
la esperanza ni la locura
que llevó sus pasos de rey
a seducir a la luna,
que adormeció su burdel,
el infierno que lo llevaba
en su carácter y su desdén...
Un hombre que respiraba
un aire de sino cruel
que acunó sus latidos y llevó
su mente ha más no poder
llegando hasta el extremo
de abandonarse al poder,
dejando sus voluntades hechas trizas
en un papel...
Que imaginó mil veces
como actor de su rol fiel
arrastrando el talento
que su alma dio a su ser,
dando forma y guía al mundo
que creía en su carrusel
de tantos subes y bajas
quedando dormido sin ley...
Porque su justicia fue injusta
por ser hombre de fe
que tragaba palabras y devolvía
en magia hecha por el
un mundo que no existe
en este tiempo de no creer.

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